El estudio de Antonio et al. (2025) responde a esta pregunta, estudiando la interacción entre la creatina y la cafeína. Aunque ambas sustancias tienen mecanismos ergogénicos independientes, su combinación ha generado debate debido a posibles efectos sinérgicos o interferencias en el rendimiento.
La investigación indica que la cafeína podría facilitar la absorción de creatina al estimular sus transportadores en el músculo, lo que sugiere un posible beneficio combinado. Sin embargo, otros estudios han planteado que la cafeína puede atenuar los efectos de la creatina al afectar la cinética del calcio en el músculo, lo que podría retrasar la relajación muscular y disminuir el rendimiento. A nivel práctico, la mayoría de los estudios no han encontrado efectos negativos consistentes, pero tampoco han demostrado que la combinación aporte beneficios adicionales significativos.
En cuanto al consumo crónico, ingerir cafeína diariamente junto con la creatina no parece mejorar la fuerza ni la resistencia más allá de lo que aporta la creatina por sí sola. Algunos estudios han sugerido un posible malestar gastrointestinal al combinarlas, aunque en niveles leves. Para quienes buscan maximizar el rendimiento, una estrategia viable es tomar cafeína de forma aguda (1 hora preentreno) después de una fase de carga de creatina, en lugar de consumir ambas sustancias de manera habitual.
En conclusión, tomar creatina y cafeína juntas no parece perjudicial, pero su combinación tampoco aporta beneficios ergogénicos claros. Si se opta por consumirlas juntas, es recomendable ajustar la dosis de cafeína y evaluar la tolerancia individual, ya que algunos efectos pueden depender de la sensibilidad de cada persona a la cafeína.
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